Sé más como un árbol, con tus raíces arraigadas profundamente en la tierra creciendo a cualquier lado donde necesite crecer. No ser obstruido por nada que lo rodea, sino que crece libremente, lentamente y en armonía con su entorno. Usando el agua de la lluvia que se derrama sobre sus ramas y hojas para nutrirse. Ábrase a la luz del sol para alimentarse de la fotosíntesis y devolver el oxígeno al planeta. Cambia con cada estación, las hojas crecen y caen, las flores crecen, florecen y caen en un ciclo continuo. Simplemente deja que todo fluya naturalmente.
Si tomamos un ejemplo de los árboles y dejamos que nuestra vida fluya de forma más natural y no nos influyan las expectativas de la sociedad, seríamos mucho más felices. Habría mucho menos estrés y las personas reaccionarían de manera más amigable entre sí. Entenderíamos que la vida está cambiando constantemente y que es parte de nuestro ciclo evolutivo y deberíamos aceptar eso en lugar de luchar contra él.
Sé más abierto, recibe esa energía del sol, del agua y luego devuelve a la tierra para mostrar tu gratitud por lo que has recibido. No es necesario trabajar ocho o más horas al día solo para pagar tus cuentas. Si trabajas menos y tienes más tiempo libre, podrás disfrutar realmente de la vida y descubrir de qué se trata la vida. La vida no se trata de trabajar, se trata de vivir, conectarse, socializar, disciplinar, aprender y comprender. Estamos aquí para seguir evolucionando de todas las formas posibles. Para poder evolucionar, necesitamos estar cerca de nosotros mismos, conectarnos con nuestro ser interior y no solo con nuestro ego, el nombre que hemos obtenido y este personaje que hemos creado. Si realmente quieres entender la vida, o a ti mismo, debes tomarte el tiempo para estar contigo mismo. Tómese el tiempo para pasar tiempo solo, en la naturaleza, en el mar, en el parque o en el bosque y simplemente comience a escucharte y sentirte realmente.
Sé abierto a tu creatividad, reconoce que eres un ser creativo que siempre quiere producir de una u otra manera. Permítete ser y sigue ese sentimiento profundo que tienes dentro para comenzar esto o aquello. Conquista tus miedos de hacer las cosas de manera diferente y haga lo que te parezca mejor. Todos somos personas diferentes, nadie es igual, ni siquiera los gemelos son exactamente iguales aunque tienen el mismo ADN. Esto se debe a que todos tenemos algo valioso que compartir con el resto del mundo, todos tenemos nuestros propios talentos y necesitamos estar abiertos para descubrir cuáles son nuestros talentos. Primero y más importante es comenzar con lo que te gusta hacer y luego descubrirás naturalmente lo que realmente deberías estar haciendo con tu vida. Asegúrete de vivir la vida que amas y de que también agregue valor a los demás.
Recuerde siempre que estás compartiendo esta tierra con billiones de otros seres humanos y animales. Todos deberíamos poder beneficiarnos unos de otros para poder prosperar como raza humana y no individualmente. Somos un colectivo.